Electrificación de la movilidad: el punto de no retorno
Los objetivos medioambientales y las inversiones de los principales fabricantes mundiales dejan claro que la transición hacia los coches eléctricos es irreversible. Según la Agencia Internacional de la Energía, las ventas mundiales de este tipo de vehículos deberían alcanzar los 17 millones de unidades en 2024 y suponer una reducción de hasta 12 millones de barriles de petróleo al día en 2035.
Las marcas de automóviles siguen presentando nuevos modelos 100% eléctricos, pero en algunos círculos se sigue cuestionando si se trata sólo de una «moda» pasajera. Al fin y al cabo, no hay indicios de que se extingan las «gasolineras», que siguen estando a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, los últimos indicadores refuerzan que este cambio hacia la movilidad eléctrica es un movimiento estructural irreversible que ha llegado para quedarse.
El documento «Global EV Outlook 2024» de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destaca que las ventas de coches eléctricos siguen creciendo y podrían alcanzar unos 17 millones de unidades en 2024, lo que ya supone más de uno de cada cinco coches vendidos en todo el mundo.
Más de 20 grandes fabricantes de vehículos, que representarán más del 90% de las ventas mundiales en 2023, se han fijado objetivos de electrificación. «Si tenemos en cuenta los objetivos de todos los grandes fabricantes de automóviles en conjunto, en 2030 podrían venderse más de 40 millones de coches eléctricos, lo que correspondería al nivel de despliegue previsto con la configuración actual de las políticas», subraya el análisis de la AIE.
Mirando más allá, la AIE subraya que en algunas regiones del planeta, como Europa, todos los coches nuevos vendidos en 2035 serán eléctricos, sobre la base de las actuales políticas energéticas, climáticas e industriales.
Coches eléctricos en cada vez más países
Otra observación: los coches eléctricos se están convirtiendo en un producto de gran consumo, y cada vez en más países. En este sentido, el informe de la AIE aporta datos interesantes e incluso desmitificadores, ya que se tiene la idea de que es en Europa donde los coches eléctricos se están introduciendo con más vigor, debido a una normativa más exigente, también en política medioambiental.
Según el informe «Global EV Outlook 2024», la cuota de mercado de los coches eléctricos podría alcanzar este año hasta el 45% en China, el 25% en Europa y más del 11% en Estados Unidos, entre otros factores «sostenidos por la competencia entre fabricantes, la caída de los precios de los coches y el continuo apoyo político». Además, la gran mayoría de las ventas de coches eléctricos en 2023 se realizarían en China (60%), Europa (25%) y EE.UU. (10%).
Los países emergentes acelerarán
Es en estas regiones -China, Europa y Norteamérica-, que representan alrededor del 65% de todas las ventas de coches del mundo, donde los coches eléctricos siguen estando más concentrados, pero incluso eso está cambiando. La AIE indica un crecimiento en 2023 en países como Vietnam (alrededor del 15% de todos los coches vendidos) y Tailandia (10%). En Brasil (3% de cuota de mercado), Indonesia, Malasia (2% cada uno) y Tailandia, los modelos más baratos, sobre todo de marcas chinas, empiezan a tener buena aceptación.
La combinación de varios factores (subvenciones a la compra e incentivos a la fabricación de coches eléctricos y baterías) acelerará, en un plazo relativamente corto, la electrificación del transporte en estas naciones emergentes. Algunos ejemplos: en India (donde los vehículos 100% eléctricos tienen una cuota de mercado del 2%), el sistema de incentivos ligados a la producción está apoyando la fabricación nacional. En México, las cadenas de suministro de vehículos eléctricos se están desarrollando rápidamente, estimuladas por el acceso a las subvenciones de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense.
Fuerte consenso entre los políticos
Desde la perspectiva de la AIE, los recientes acontecimientos políticos siguen reforzando las expectativas de una rápida electrificación, como las nuevas normas sobre emisiones adoptadas en Canadá, la Unión Europea y EE.UU. el año pasado.
En la reunión ministerial 2024 de la AIE celebrada en París el pasado mes de febrero, que también marcó el 50 aniversario de la creación de la agencia, representantes de unos 50 gobiernos, líderes empresariales, inversores y figuras de la sociedad civil alcanzaron un fuerte consenso sobre la necesidad de una acción más ambiciosa y una mayor cooperación mundial para transformar el sistema energético mundial y combatir el cambio climático.
En la reunión, los 32 países miembros de la AIE adoptaron el Comunicado Ministerial 2024 de la AIE, en el que se establecen las orientaciones estratégicas de la agencia en el ámbito de la seguridad energética, la lucha contra el cambio climático y la movilización de flujos financieros para las transiciones energéticas limpias.
Más electrificación, menos petróleo
Según la AIE, la rápida adopción de eléctricos de todo tipo -coches, vehículos comerciales, camiones, autobuses y vehículos de dos y tres ruedas- supondrá una disminución de la demanda de 6 millones de barriles de petróleo al día (mb/d) en un escenario de política fija en 2030 y de más de 10 mb/d en 2035, lo que equivale a la cantidad de petróleo que se utiliza actualmente en el transporte por carretera en EE.UU.. Pero, «si todos los objetivos energéticos y climáticos nacionales asumidos por los gobiernos se cumplen íntegramente y a tiempo, como en el escenario de compromisos anunciados, dos tercios de todos los vehículos vendidos en 2035 podrían ser eléctricos, evitando unos 12 mb/d de petróleo», subraya la AIE.
Los incentivos industriales de algunas de las principales potencias mundiales -como los previstos en la IRA de EE.UU., la Ley de Industria Neta Cero (NZIA) de la Unión Europea, el 14º Plan Quinquenal de China y el Plan de Incentivos Vinculados a la Producción (PLI) de la India- también fomentan la creación de valor añadido y puestos de trabajo en las cadenas de suministro de vehículos eléctricos de estas economías.
Impulso a la cadena de suministro eléctrica
Como resultado, el fuerte crecimiento de la transición energética está impulsando la inversión en toda la cadena de suministro de vehículos eléctricos. Según la AIE, entre 2022 y 2023, los anuncios de inversión en la fabricación de vehículos eléctricos y baterías ascenderán a casi 500.000 millones de dólares (unos 460.000 millones de euros), de los que ya se ha autorizado alrededor del 40%.
La capacidad de fabricación de baterías se está alineando con los objetivos de los fabricantes de automóviles y los gobiernos de todo el mundo. Gracias a los elevados niveles de inversión de los últimos cinco años, la capacidad mundial de fabricación de baterías para vehículos eléctricos ha alcanzado los 2,2 teravatios hora, superando con creces la demanda en 2023, con unos 750 gigavatios hora. La AIE estima que la demanda aumentará unas siete veces en 2035 respecto a 2023 y 12 veces en el escenario de emisiones netas cero para 2050, el objetivo fijado para el sector energético a mediados de siglo.